martes, 28 de enero de 2014

SÍNDROME POR DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD

 
Estoy leyendo una noticia que me deja sin palabras:  "Leon Eisenberg ,el famoso psiquiatra estadounidense, descubridor del T.D.A.H. que en español sería él también famoso, síndrome  por déficit de atención e hiperactividad, dice:  que esta  es una enfermedad ficticia ideada por él, para vender pastillas".
 Encima el articulo va acompañado de una foto del nombrado Dr. luciendo una sonrisa que a mi me resulta insultante.
 Llevo días leyendo sobre esta supuesta enfermedad y mientras más leo, más claramente llego a una conclusión: Los diez niños que hay en mi familia, me refiero a mis hijas y mis sobrinos, así como a mis hermanos y a mí durante nuestra infancia deberíamos haber sido tratados para la supuesta enfermedad. Sin duda, todos tenemos en nuestros primeros años de vida muchos de los síntomas. Vamos que con nosotros hubieran hecho el agosto las farmacéuticas.
 Los síntomas van desde inquietud, osea, moverse en el asiento cuando deberían de estar sentados.
 Correr y saltar cuando es impropio.
 Dificultad para permanecer tranquilo.
 Estar excitado "como una moto".
 Hablar mucho o muy deprisa.
 Olvidar las tareas diarias.
 Dificultad para organizarse.
 Facilidad de distracción.
 Evitar tareas que requieren esfuerzo.
 No seguir las instrucciones u ordenes.
 Sordera ficticia...
  Cuando mis hermanos y yo eramos pequeños recuerdo a diario a los dos mayores moviéndose continuamente, pero si mis padres a la hora de comer o de hacer los deberes les exigían que parasen, mi hermano para compensar el estar quieto tenía que mover las piernas a modo de tic nervioso para desahogarse y mi hermana que le costaba todavía más estar quieta, se sentaba sobre una pierna doblada en posición de salir corriendo, o cuando fueron creciendo se balanceaban con la silla apoyada en dos de sus cuatro patas. Sin poder contener sus ganas de moverse.
 Todos hemos ido junto a nuestros mayores saltando y corriendo cuando estos caminaban o paseaban, sin soportar ir a su paso tranquilo. Mientras nos reñían por no querer ir de la mano sino saltando y jugando a nuestro libre albedrío.
Lo de estar como una moto lo hemos visto en todos los niños en un momento u otro ya sea por expectación, nervios, ilusión...
  Lo de hablar mucho o muy deprisa lo he visto en más de uno en la familia hasta el punto de tartamudear o atascarse por querer decir más de lo que podían en un momento dado. Lo que quiere decir que su mente iba más rápido que su cuerpo.
  Lo de olvidar las tareas diarias es común a todas las generaciones, mis hermanos y yo pasábamos mucho tiempo en la calle jugando con otros niños y recuerdo como al terminar el día venían a nuestra memoria tareas del colegio que habíamos olvidado por estar pasándolo en grande con los amigos. O estando sentada junto a mis hijas durante toda la tarde y a última hora poner cara de sorpresa y miedo al recordar algo más de deberes o incluso un control para el día siguiente, cuando yo ya estaba planteándome el abandono del hogar o incluso el suicidio.
 Facilidad de distracción... Aquí podemos entrar todos y cada uno de los miembros de esta familia, yo no podía retirarme de mis hijas en las interminables horas de las tareas escolares o los deberes porque olvidaban lo que estaban haciendo por no hablar de las necesidades fisiológicas que las acuciaban, ganas de ir al baño, hambre, sed...Como mi madre decía cuando éramos pequeños mis hermanos y yo: es que se distraen con una mosca!
 Un día Manuel hacía problemas de matemáticas cuando no tendría más de 7 u 8 años, se trataba de las cantidades que un granjero cosechaba y allí estaba él intentando resolver su problema mientras su mente iba y venía de cosas más interesantes que las cosechas del agricultor, cuando su madre que lo ve distraído le da un grito:
-!Manueeel!
Él que vuelve de las nubes con tan mala suerte que pone su atención en otro problema. Su madre lo ve rascándose la cabeza extrañado y le pregunta que pasa.
-Un fontanero?... "Osquite...¿No era un granjero?. Eso mientras se rascaba la cabeza confundido entre las profesiones de unos y otros.
 Recuerdo en una reunión escolar a una madre deseperada porque no había forma de que su hijo aprendiese la tabla de multiplicar, así que la vida familiar transcurría entre la tonadilla del recitado de las tablas de multiplicar, desde la mañana a la noche haciéndole repetir a la criatura una y otra vez cada tabla. Contaba que la noche anterior cuando se acostaba el niño, ella comenzó la oración de las cuatro esquinitas el crío se levantó sobresaltado recitando la tabla ...
-4 x 1= 4
-4 x 2= 8...En vez de continuar con la oración.

 Lo de no realizar las tareas que requieren esfuerzo o no seguir las instrucciones o la sordera ficticia de eso ya ni hablamos. Porque lo de estar cada uno en su mundo, que decimos nosotros,  tan ensimismados que todo lo que pasa alrededor te es indiferente es algo habitual en la mayoría de personas y sobre todo en niños con una imaginación desbordante.
 Conclusión que todos nosotros en algún momento según el famoso psiquiatra estadounidense, hubiésemos necesitado tratamiento y este hubiera consistido en anfetaminas, metilfenidatos y antipresivos. Con multitud de contraindicaciones, secuelas y consecuencias irreversibles, además de sin comprobar resultados de estos tratamientos a largo plazo. Pero que importan las personas mientras esto sea para enriquecimiento de unos pocos degenerados que mueven el mundo y hasta se jactan de lo borreguil de nuestra actitud, la de la gente corriente que preferimos vivir en la ignorancia antes que ver las cosas desagradables que pasan ante nuestros ojos.


P.D.
No sería más lógico preguntarnos que estamos haciendo con los niños y que intentamos meter en sus cabezas y para qué? Quién y cuando decidió como educar y tratar a los niños como si todos fuesen idénticos y programarlos para lo mismo para ser ovejas dentro de este sistema que nos demuestra día a día que va contra el individuo y el ser humano?...

 

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