Esta es Ruca, uno de los miembros de nuestra familia. Si, es una más en casa, y al ser la más pequeña es a la que todos mimamos. La adoramos y ella a su vez es la que ha notado más, de todos los miembros de esta viajera familia, las idas y venidas de unos y de otros, y muy especialmente, mi partida en julio a Togo. Eso siempre y cuando Teresa una de mis hijas no se marche a ningún sitio. Porque al ser la que ha estado en casa sin desaparecer durante todo el verano, se ha convertido en punto de referencia familiar para ella. Cuando hablábamos por skype, si por la pantalla del ordenador veía a mi hija pasar, sabía que detrás pasaría la gata. Ruca se convirtió en su sombra.
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Esta es Ruca cuando llego a casa. |
Cuando llegó a casa y a nuestras vidas, cosa que yo no quería que sucediese, porque sabía la responsabilidad que supone un animal, nos volvimos locos con ella enseguida. Yo, nada más verla en brazos de Martina, porque el "cobarde de mi marido" no se atrevió a entrar con ella, para que la bronca no fuera solo para él, quedé prendada en el primer segundo. Es que soy una persona muy débil, por no decir lo que de mi, dice mi madre, que soy tonta. Si eso piensa de mi, mi madre que me tiene en muy alta estima. Dice a la primera ocasión y hasta a personas que ni conoce que soy la madre más tonta del mundo porque mis hijas hacen conmigo lo que quieren. Así que para no variar ese día lo hicieron y la familia pasó a tener un miembro más.
Y como ocurre cuando llega un nuevo miembro a cualquier familia hicimos lo normal, irnos de compras, si irnos de compras. porque la gatita necesitaba montones de cosas como los bebés cuando llegan. Así que cogimos dirección hacia el chino más próximo, bueno hacia el bazar propiedad de algún señor oriental. La caja para sus necesidades, la arena, un bolso para sacarla de viaje, los recipientes para comer y beber, un collar, un arnés porque también la íbamos a sacar a pasear, una camita, juguetes... Vamos lo que se dice un ajuar o canastilla completa. Que juré yo cuando mis hijas crecieron que si volviera a tener otro niño nada de compras compulsivas lo importante sería darle a un bebé mi amor, ternura, tiempo, comprensión, seguridad, paciencia...En fin cosa importantes de verdad y menos cachivaches de esos que acaban invadiendo tu hogar y convirtiéndose en una pesadilla por aquello de la falta de espacio.
Pero cuando vi esos ojitos azules ante mi y mis hijas pensaron en esas cosas tan necesarias allá que nos volvimos locos comprando.
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Entendéis por qué no pude resistirme? |
La caja para sus necesidades monísima con su paleta a juego, se le quedó pequeña a la nada de tiempo, el collar no pudimos ni probárselo, !pasó un mal rato la pobre!, el bolso se ha usado en contadas ocasiones y creo que ella lo odia ,porque ahora lo relaciona con las visitas al veterinario que no le gustan nada, el arnés ... Se lo hemos puesto, pero no ha ido a ningún lado con él y esto es literal porque se queda clavada en el sitio cuando siente eso rodeando su cuerpecito y yo creo que es que piensa que algún extraño la sujeta y no se atreve a moverse, parece de escayola la pobre, así que descartado, como la camita que se le quedo pequeña sin haberla usado, y aún así reincidimos y este año le compramos otra más grande que sigue sin usar, se lo achacamos a los calores del verano, cuando llegue el frío ya os contaré y en fin con el resto de cosas "chispa más o menos " lo mismo.
A Ruca le ocurre como a los niños que reciben el día de reyes un montón de juguetes maravillosos, pero que les hace ilusión jugar con la caja, pues lo mismo. Ella es felíz persiguiendo cualquier trozo de cordel al que ates algo en la punta o sin atarle nada. También le gusta seguir el movimiento de tus dedos bajo el mantel o bajo la manta, perseguir insectos y reptiles y en fin le gustan las cosas sencillas de su vida gatuna...
A ver si al próximo miembro que venga a agrandar esta familia le damos cosas de verdad importantes y nos dejamos de compras compulsivas.
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