jueves, 11 de septiembre de 2014

NO SE PUEDE HABLAR PORQUE TODO CAE


  No se puede hablar... !Porque todo cae! o No digas: de este agua no beberé, porque acabarás probándola. Seguro que hay muchos más dichos, refranes o frases de este tipo, que no hacen más que demostrar que el saber popular sigue acertando a través de los tiempos.
 Yo siempre he dicho que no pisaría un gimnasio. Si porque no entiendo lo de pagar por sudar, con las de cosas que se pueden hacer que te hagan sudar y encima gratis. !Que digo gratis...Ganándole dinero! Porque si empiezo por mi casa...vamos en mi casa concretamente no sabría por donde empezar, la verdad, de tantas cosas que podría hacer. No digamos ya, lo de ir al gimnasio en coche ahí ya... rizamos el rizo.
 Pues como la sabiduría popular no falla y yo he dicho tantas veces lo de no pisar un gimnasio, pues me ha caído de lleno, !vamos! que si hubiese sido el agua, de la que no bebería nunca, del refrán, me hubiese atragantado.
 He ido al gimnasio, si. Ha sido una experiencia breve, cosa de dos días concretamente. Y me ha servido de risoterapia, que es una cosa muy buena. Yo como siempre pensando en positivo. Porque la verdad en dos días como que fisicamente no da tiempo a notar nada... Bueno miento porque las agujetas me han durado unos días pero sobre todo la peor de las huellas me la ha dejado la bicicleta estática en mi trasero y me estoy acordando todavía de ella. Que digo yo: que si yo estuve pedaleando unos escasos 15 minutos y todavía me resiento de ahí...Las personas que están allí diariamente y mucho más tiempo que yo sobre la bicicleta: ¿No les duele lo mismo que a mí? ¿O es que mi anatomía es diferente?. No se.
 El caso es que mi hija estaba buscando gimnasio, barajó varias posibilidades y al final se decidió por uno que está como a dos kilómetros de casa, distancia ideal para ir hasta él caminando ( pero eso nos quitaría mucho tiempo libre, que nuestro tiempo libre mayormente consiste, en estar en el sofá, por ejemplo). Y me pidió que fuésemos juntas. Una que ante todo es madre, aunque sea la madre más tonta del mundo según la mía, no pude decirle que no, porque pensé que así iría más animadita, cosa que se ha demostrado que no era necesaria porque sigue en el gimnasio y va muy animada ella sola, después de dos meses.
 LLegó el día, y nos colocamos nuestros leggins, camiseta y zapatillas de deporte, todo muy básico y digo esto, porque allí comprobaría que se puede ir al gimnasio con glamour  a tutiplen, e hicimos nuestra entrada, nada glamourosa, por cierto, porque es tontería, se nota cuando uno es novato, anda uno perdido y crees que todo el mundo te mira. Pero unos muchachos simpatiquísimos, monísimos y y con cuerpo diez  nos acompañaron y nos dieron todas las explicaciones y consejos necesarios.
 Nos colocamos en la cinta andadora para 15 minutos nos dijo y ver él nuestra frecuencia cardíaca, pulsaciones y todo eso, más que nada para curarse en salud y ver cuanto aguantabamos, pero como nos vió relajadas y riendo "le dió caña" a la cinta y nos alargó el tiempo. Nosotras nos reíamos porque se me ocurrió contarle a mi hija mi primera experiencia en una cinta de estas, fué corta también como esta dos días, pero fué junto a mi sobrina en el gimnasio de un hotel en México, y claro como era la primera vez...Sonó mi movil, yo no caí en la cuenta de parar la cinta antes de coger el aparato y no se muy bien como no se quedaron mis restos en la tierra de los Incas, los Mayas y los Aztecas para los restos. A todo esto no dejabamos de mirar por encima de nuestros hombros que parecía que alguien  nos seguía, buscando al muchacho monisímo que estabamos seguras se había olvidado de nosotras.
 Dijo el joven monitor que nos veía desde lejos tan bien que por eso nos tubo allí media hora. Junto a nosotras en otra cinta una señora caminaba en plan paseo embobada con "Ana Rosa" y su programa matinal.
  Nuestro monitor nos señaló un itinerario por algunas maquinas de musculación que si no llega a ser por mi hija yo no hubiera memorizado, me lo tendría que haber apuntado en un papelito (Yo es que he sido mucho de hacer listas y anotaciones) Y con tan mala suerte que me salió un admirador y digo mala suerte porque no ero del tipo del monitor monísimo. Era el hombre, un "jubilao" con iniciativa y muy simpático. En vez de estar viendo obras, pues está alli toda la mañana dale que te pego esculpiendo su body. Que me parece admirable.
 Se ve que mi admirador lleva tiempo practicando. Además que iba preparado, no le faltaba de "na": leggins, camiseta de sisa, guantes, muñequeras, faja protegiendo la zona lumbar...!Vamos de "to"!. Que desentonaba yo al lado de aquel hombre , a él le pegaba más una de aquellas mujeres preparadas como él, con sus prendas y complementos a juego en vistosos colores flúor, con su maquillaje y hasta su botella de agua a tono con la indumentaria.
Pero mira, resulta que le guste yo con mi indumentaria básica, así que comencé a hacer en cada máquina lo que el monitor me dijo, que era lo mismo que apuntaban los dibujitos que estaban pegados a la maquina. Pero mi admirador se propuso que yo rozase la perfección. Postura que yo ponía , postura que él corregía.
-Nooo, los pies más separados...
Cambiaba yo de artilugio, el hombre venía detrás de mi, preocupado por la posición de mis brazos o de mi espalda.
-Noo la manos más juntas...
-La espalda derecha...
Vamos que tenía yo mi "personal trainer", !Quien lo hubiera dicho!
La señora de la cinta seguía viendo el programa de Ana Rosa pero ya más tranquila, a pie parado junto a la máquina.
 Luego nuestro monitor, el joven, el oficial, nos dijo que podíamos hacer un poco de bicicleta. pero yo veía a las personas que sobre la eliptica se elevaban y bajaban como si la gravedad no tuviese efecto sobre ellos y le dije al joven que si podía ser allí.
Tuve unos segundos de vacilación antes de cogerle el tranquillo y comenzar a pedalear hacia delante y no hacia atrás, en cuanto le cogí la maña, comprobé que no había sido buena idea, aquello era demasiado; que sudores! que esfuerzos! vamos, que con 5 minutos tuve bastante para huir de aquel aparato y subir en una bicicleta estática de las de toda la vida, que esas siii!, donde va a parar, esa si las domino yo. El problema es que el sillín no me resultaba nada cómodo, aunque permanecí en la bici no más de 15 minutos me ha dejado profundas huellas en el... Bueno que he tenido gimnasio suficiente con dos sesiones y que el refranero popular siempre tiene razón. !Ah! y la señora de Ana Rosa seguía embobada pero ya más cómoda apoyada sobre la maquina.